Lavanda

Dato de interés

Comúnmente conocida como lavanda, es una planta aromática originaria de la región mediterránea, cultivada desde la antigüedad tanto por sus propiedades medicinales como por su valor ornamental. 

Su uso se remonta a los antiguos egipcios, griegos y romanos, quienes la valoraban por sus cualidades terapéuticas y su capacidad para proporcionar un agradable aroma. Durante la Edad Media, la lavanda se convirtió en un elemento esencial en la medicina herbal europea y en la producción de perfumes y cosméticos. 

En cuanto a su valor nutricional, aunque no se consume en grandes cantidades, las flores secas de lavanda aportan compuestos bioactivos como el linalol y el acetato de linalilo, conocidos por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. 

En el contexto del patrimonio agroalimentario, la lavanda no solo contribuye a la diversidad de cultivos en la región mediterránea, sino que también juega un papel en la preservación de prácticas agrícolas tradicionales y en la producción de productos gourmet como el azúcar de lavanda y los aceites esenciales. 

Estos usos históricos y contemporáneos subrayan la importancia cultural y económica de la lavanda en la agricultura y la gastronomía global.

Reproducción de la especie:

Mediante esquejes, primero selecciona una planta saludable y corta una rama de unos 10-15 cm de largo justo debajo de un nudo. Retira las hojas inferiores dejando sólo un par de hojas en la parte superior. 

Luego, sumerge la base del esqueje en hormonas de enraizamiento y plántalo en una mezcla de tierra y arena para asegurar un buen drenaje. Mantén el esqueje en un lugar cálido y con luz indirecta, y mantén la tierra ligeramente húmeda pero no encharcada. En unas pocas semanas, deberías notar que el esqueje desarrolla raíces y está listo para trasplantarse.